Hace unos días que voy pensando cual es la mejor manera de hacer que los momentos mágicos, por llamarlos de alguna manera, perduren. Conseguir sentirme más conectado y conectada con mi yo completo. Me refiero a esos segundos o minutos que sientes que todo en ti está en armonía, que no hay ninguna preocupación y que sencillamente en ese minuto de mi existencia todo está en orden.
Ahí descubrí algo que no me acababa de encajar, y me preguntaba ¿será tan grande mi capacidad para hacer que el universo me ofrezca esa espectacular vivencia? ¿Será real lo que siento, o es una de esas experiencias sensacionales que te sobrevienen de vez en cuando?
Mi interés está que estos momentos cumbre, que es como llamo a estos momentos mágicos, perduren. Aquellos en los que dejamos de estar conectados con lo racional y donde lo importante es tomar conciencia de que formamos parte de un universo y de que podemos navegar, pasear e indagar en él.
Estando en ese lugar descubres sentimientos encontrados, miradas nuevas a posibles tensiones, otros niveles de comprensión de la realidad, nuevos posicionamientos y mucho más. Esto representa en cierto modo desmitificar el poder del pensamiento racional ya que de forma automática es el que nos sitúa lejos del sentir. Esto es muy fácil escribirlo, pero no es fácil practicarlo y para poder tener un acceso fácil tenemos que practicarlo o sino sólo lo disfrutaremos de estos momentos mágicos cuando nos aparezcan.

Existen varias maneras de tener acceso a esa realidad más sintiente que nos conectará con mi yo más profundo. Nuestro pensamiento racional analítico, nos genera un conflicto con nuestra parte sintiente y nos aleja de experimentar y gozar de nuestros sueños y anhelos. Podemos minimizar este conflicto para poder acceder a otras realidades que nos aportan igual o más información sobre nosotros que nuestro pensar.
Poder fluir entre estos diferentes mundos es algo que nos facilitará reconocer los momentos mágicos y también crearlos.
SOLUCIONES: ¿Cómo conseguir conectar? 4 formas que me ayudan
-
Ser yo sin exigirme
En estos momentos es cuando recreo mi ser, el ser yo y sentirme yo. No ‘pensarme’ ya que cuando utilizo el pensamiento es para recordarme mis valores, mis creencias, mis deberes, aquello que pertenece a mi realidad consensuada, a la realidad de los hechos tangibles. Muchas veces estar en esa realidad tangible da paso a que nos exijamos más, a sentirnos pequeños y pequeñas gracias a nuestro yo crítico que nos recuerda que no hay tiempo para soñar y que es necesario conseguir cada vez los retos mas difíciles. Estos sueños y anhelos son los que proporcionan el sentido de uno mismo. No debemos marginarlos.
Pensar que no puedo aspirar a la posición organizativa de mi jefe o que no puedo hablar en público cuando realmente me encantaría hacerlo. Explorar y buscar que parte de mí no me deja acceder a ello y saber que es una parte que vive en el mundo más sintiente que en el real y qué a lo mejor esta parte pertenece más al pasado que al presente. Todo este proceso, nos permitirá empezar a desmitificar creencias y nos ayudará a desbloquearnos y poder caminar hacia donde queramos ir.
-
Potenciar canales de contacto con el exterior y con mi interior
Conseguir la fluidez entre mis mundos supone también potenciar mis canales de comunicación y ser capaces de conectarme a través de los distintos sentidos. Profundizar en nuestras sensaciones que tenemos en la piel o más allá de ella, mirar lo que muchas veces no vemos, escuchar aquellos sonidos que podrían pasarnos de forma imperceptible si no ponemos la atención suficiente, movernos como lo harían las hojas de un árbol o un río cuando fluye, o cuando las olas acompañan con sus movimientos a los remolinos y mareas. Permitámonos ser a veces ese río o esas hojas y busquemos en ellas esa conexión con nuestro mundo menos racional y con lo que sentimos, que no deja de ser como la naturaleza.
En momentos concretos me ayudaría poder poner conciencia a diferentes zonas de mi cuerpo o en aquello que me rodea. Por ejemplo, encontrar la tensión muscular desatendida en mis hombros y sentirla en profundidad me puede ayudar a adentrarme más en aspectos de mi vida que necesitan más atención. Poder visualizar como es esta tensión, describirla y encontrar su fuerza puede incluso sorprenderme y hacerme pensar que es una fuerza que necesito en alguna área de mi vida en estos momentos, y que podría favorecerme utilizar este tipo de fortaleza en algunas situaciones que no tengo del todo resueltas.
-
Observar y dejar que el mundo nos sorprenda.
Basado en el concepto de sincronicidad de Jung acerca de que existen conexiones acausales entre las personas, lugares y objetos del mundo (R. Robertson, 2006) podemos buscar en él informaciones útiles. Esa conexión con el exterior nos puede ofrecer aquello que nuestra parte racional le sea difícil comprender. Estemos al tanto de aquello que nos llame la atención, tomemos el tiempo de indagar más lo que nos sorprende o nos atrae, seamos curiosos y curiosas adentrándonos un poco más en lo que nos sorprende. Allí habrá una nueva sensación y un nuevo pensamiento, no los desechéis.
De repente me atrae como cae la lluvia fina y como toca mi cara y mis manos. Es una lluvia que casi no moja y que únicamente hace que sienta su frescor en las partes de mí que me quedan descubiertas. Al mismo tiempo hace sol. ¿Qué tiene de especial para mi esta lluvia? Pienso que estos últimos días mi relación con mi pareja necesita de esta parte de sutileza, la capacidad de atención sutil que despiertan en mí las minúsculas gotas que antes han rozado mi cara.
-
Pedir ayuda a profesionales del mundo del coaching.
El aprendizaje a través del Coaching o de la facilitación con profesionales ayuda a conectar con nuestra dirección básica donde tenemos aún muchos recursos por descubrir. Cuando no estás bien, te sientes insatisfecho o insatisfecha, fuera de lugar, cuando piensas que tu vida va por un camino que no es el que querrías, cuando hay enfado o rabia , es ya una evidencia de que tus mundos están en conflicto. La falta armonía es un gran indicador de una apertura a un aprendizaje nuevo. Algo me ha alejado de mi yo completo y estoy dispuesto a integrar nuevos elementos que me devuelvan mi armonía.
Estar en contacto con nuestras diferentes realidades supone dar paso a los sueños y anhelos y a respetarlos . Aceptar nuestras realidades mas allá de la realidad cotidiana nos hace estar más en contacto con nuestro yo nuclear lo que realmente somos. Independientemente de los logros y los retos que hayamos tenido en nuestro camino de vida. El yo al que quiero estar conectado y conectada es mi yo completo.
Hay dos formas que nos permiten profundizar en estos temas y aprender tanto a conectar con nosotros mismos como ayudar a los demás a sentirse en su yo pleno.
El curso ‘Liderar y Ser Liderado’, dedicado a cualquier persona que quiera descubrir las herramientas que permiten el liderazgo personal , y está enfocado a todas aquellas personas que quieran fortalecer su autoconocimiento para poder gestionar equipos.
El curso del Global Coaching Institute está enfocado a lideres y coaches que quieran aprender como ayudar a descubrir recursos nuevos en los demás.
GGI es una buena manera de poner una base importante al coaching, además, con la posibilidad de acreditarse como coach de la ICF.( International coaching Federation)