Me gusta que hayáis clicado para saber más.
¡Es obvio que el título tiene gancho!
Os hablaré de las curvas con las que las personas se enfrentan cuando tienen que tomar una decisión sobre si seguir con algo importante o abandonarlo.
Si se sabe cómo llevar, estas curvas pueden catapultarte a la cima de tus mejores expectativas y si no se atienden bien, llevan al estancamiento, aburrimiento, pérdida de oportunidades y desgaste emocional.
Se trata de las curvas que representan las etapas cuando se quiere alcanzar un propósito importante, un objetivo fundamental o ‘End point goal’ tal como lo llamaron Vicki Henricks y Rho Sandberg cuando desarrollaron el modelo de Coaching Emerge (1).
Solo las personas que son capaces de abandonar o de seguir de forma estratégica disfrutan de las expectativas que han puesto en este sueño, expectativa, deseo, proyecto, trabajo…reto…o relación que formará una parte fundamental de su vida.
Primero de todo es preciso clarificar que abandonar no significa perder.
Abandonar consciente y reflexivamente se convierte en una ganancia que acerca a las personas a su propósito vital, a quererse, a valorarse y a no perderse en un lugar que no lleva a ninguna parte.
Vincent Lombardi decía: Los perdedores abandonan y los ganadores nunca abandonan. Esto según explica Seth Godin, 2017(2) y que yo también reafirmo, no es cierto.
Abandonar o seguir es una elección, ninguna de estas opciones debe ser un impulso reactivo basado en los miedos personales. Explicaré cómo puede ser una elección y no un desgaste en tiempo y energía que podría invertirse en algo que produjera más bienestar y estuviera más cerca de los objetivos importantes de la vida de la persona.
Abandonar o seguir cuando responden a miedos como: el de sentirse vacío o vacía, poco valorado y valorada, improductivo o improductiva, sin el privilegio de ganar dinero o sentir valor, viendo que el proyecto no avanza o que la persona se siente sola en la pareja, o excluida de un núcleo familiar…o excluida de cualquier norma social estándar, crea pánico.
Es aquí cuando se reacciona y/o se sigue enganchado a ello por un bloqueo, o se abandona por rencor, o miedo a perder.
Visualicemos las curvas que controlan la mayoría de las cosas en la vida que valen la pena.
La primera curva es la ilusión de empezar algo nuevo.
Todo lo que motiva y despierta sueños y expectativas y además ¡¡¡es divertido!!!
Aquí es evidente que avanzas sin pensarlo y disfrutas de todo lo que te hace soñar y creer que nada puede torcerse.
La segunda curva es la curva del pánico.
Lo que Seth Godin llama DIP, es como el Valle de la Muerte porque es cuando entran las capacidades de abordar lo que no veíamos al inicio. Las partes que nos generan rechazo con las que tenemos que fluir, aceptar, resistirnos o dejar. Ahí es donde se encuentra la dureza y la resistencia al miedo a elegir.
DIP representa la distancia entre el comienzo y la destreza. Es lo que separa la sensación de controlar la situación o de que la situación te controle. Es lo que Arnold Mindell (2) llamaría ir más allá del límite, que es aprender a ser la fuerza que controlará al miedo. Si en el DIP te resistes a tomar el control puedas quedarte atrapado en un escollo que no se mueve. Es en la curva DIP donde eliges seguir o abandonar de forma consciente y no reactiva, porque allí es donde debes cambiar.
En el DIP es donde de forma consciente sigues o abandonas y donde a partir de ahí se construye la fortaleza personal de seguir en la decisión tomada, sea la que sea.
La tercera curva es el resultado de la decisión.
Se puede convertir en un atasco, en una sensación que estás en un lugar donde nada se mueve, dicho de otra manera, esto es el ‘cul de sac’… La resignación, el enfado y el malestar son las sensaciones de este lugar. Estas son las evidencias de que no pudiste tomar una decisión en un momento que ahora ya pertenece al pasado. Entonces ya no hay la curva de subida.
O, si cuando, a pesar de las dificultades, hay en ti la seguridad de tu decisión, tienes la sensación de fortaleza, de seguir y sientes que hay camino, dejas entonces de sentir miedo, ya no hay miedo a perder. Eso te catapulta automáticamente al lugar que habías soñado, a un proyecto más rentable, a un lugar profesional que supera expectativas, a un sector de negocio en crecimiento, a una relación complementada y tranquila o incluso a algo mejor! La ganancia de transitar con una nueva fortaleza la dificultad.
El lugar nuevo allí está, el resultado de tu elección libre del miedo, el resultado de seguir más allá de las dificultades. ¡Felicidades!
Y para poner los hechos en esta curva os cuento mi experiencia.
Tiene que ver con una relación querida que se configuró como una relación abierta y que decidí dejar por el miedo a sentirme rechazada. En mi historial personal he vivido rechazo en la familia y ahora sé que ésta es mi vivencia, este rechazo con dolor me pertenecía a mi, y es algo de lo que nunca puede hablar a mis padres o hermanos.
Sé que no fue un rechazo a consciencia. A lo largo de mi vida me he sentido muy querida y hoy yo también soy capaz de quererme. No pido ya a mis relaciones sexoafectivas un vínculo que proteja ese miedo al rechazo, porque yo ya no me rechazo, y eso me hace elegir seguir estando en el DIP, en la dificultad, en el conflicto , y en la decisión de seguir allí por mi y no porque no haya otro remedio. Elijo no abandonar y seguir trabajando las destrezas de afrontar miedos internos y saber que esto me llevará a tener relaciones sanas de confianza.
Sé que tengo el derecho a elegir y por lo tanto esto me permite seguir sin miedo.